miércoles, 11 de abril de 2007

REFLEXIONES DE OFICINA 1

Seguramente una tarde de lluvia le quitan las ganas a cualquiera, y más si se trata de trabajar. Lo que nunca puede pasar es que 4 mujeres se queden calladas, mucho menos cuando están acostumbradas a estar en hiper actividad al aire libre ("libre, como el sol cuando amanece....eso era una canción, perdón) sigo, decía pasan de estar activas a estar atrincheradas en "la oficina" propiamente dicha.

Esas cuatro paredes donde todo tiene que estar al alcance de las manos, o a lo sumo, a una distancia donde se pueda llegar con la silla, que obviamente tiene que tener rueditas. Los únicos esfuerzos permitidos, ir a buscar café e ir al baño.

El día de hoy fue ideal, el entorno, el clima, el encierro, generó grandes incógnitas y variadas reflexiones, y viceversa, por ejemplo, por qué los tacos son referente de la persona que trabaja en una oficina, no tiene que caminar.

Nos demostró que los días de lluvia hay gente que tiene menos que nosotros para hacer y manda mensajes de texto, anónimos, de acoso sexual y lo peor con faltas de ortografía. (si alguien sabe quién fue, por favor llame al 0800-queremos conocerlo o diganle que atienda).

Aprendimos que los cerebros de las personas (los nuestros en especial), son algún "lugar" de donde se pueden sacar muchas cosas y en un viaje en ascensor de 2 pisos el cerebro de una mujer puede tener millones de pensamientos y es capaz de hacer las más brillantes comparaciones.
Otra deducción muy sabia fue que las panzas de las embarzadas salen de un día para el otro, y ovaladas.

Así es que entre pañales y parapentes, llegamos a las 18:00, la oficina
super poblada, y una conclusión inconclusa, la locura se incrementa, es un hecho y se potencia, entonces alguien que ya tiene cierto grado de locura, cuánto puede resistir?(resistiré, erguido frente a todo....ups, otra canción sorry)cómo puede terminar una persona si tiene que convivir semanas y semanas, tardes y tardes de lluvia con mensajes acosadores, personajes de la mitología, hadas, duendes, con los que se emocionan por todo, los vagos vagos, los que gritan, los tacos, los mosquitos, los que bailan, los que enseñan, los que no paran de hablar aunque los callen, los filósofos, los enanos de las impresoras y el de la heladera que apaga la luz, el lysoform. No lo sé. Habrá que esperar a la próxima lluvia, quizá nos inspire.

Si alguno se siente identificado es pura coincidencia.

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